La hostelería vive una época de exigencia y especialización, marcada por la necesidad de tecnologías fiables que garanticen la conservación óptima de alimentos y bebidas en cualquier entorno profesional.
En este contexto, la marca Polar se ha consolidado entre los negocios de restauración, bares y hoteles de España, proporcionando una gama amplia y contrastada de soluciones de refrigeración comercial.
Polar no solo destaca por sus productos, sino también por un sólido soporte técnico y una política de suministro de repuestos originales, factores fundamentales para la continuidad y seguridad en la operativa hostelera.

Desde su implantación en el mercado español, Polar ha apostado por el desarrollo de equipos específicamente pensados para el uso diario en entornos profesionales. Sus productos se diseñan en colaboración con expertos hosteleros para asegurar funcionalidad, durabilidad y adaptabilidad, elemento esencial para resistir la intensa actividad de cocinas, barras y áreas de autoservicio.
La gama de Polar se articula en tres líneas principales, cada una dirigida a un perfil de uso concreto:


En restaurantes con alta rotación y exigencia de conservación, la instalación de un Congelador expositor triple puerta Polar Serie G es habitual. Este modelo permite el almacenamiento organizado de materias primas congeladas, facilitando el acceso rápido durante las horas punta.
Las cocinas profesionales suelen incorporar la Mesa de preparación refrigerada Polar GN puertas, que combina almacenaje y superficie de trabajo fría, optimizando la manipulación y organización de ingredientes frescos en salad bars o zonas de emplatado.
Los bares encuentran en el Botellero con 6 cajones Polar 536L una solución que facilita la gestión eficiente de bebidas, permitiendo acceso directo a botellas y latas bien refrigeradas, algo esencial en servicio rápido y eventos sociales.
Para los locales que ofrecen cafés y refrescos, la máquina de hielo sobre mostrador Polar 15 kg/día cubre la demanda de hielo constante sin ocupar espacio excesivo en barra.
En recepciones y habitaciones de hotel, el Frigorífico Minibar Polar 30L está preparado para conservar bebidas y snacks frescos, ofreciendo comodidad tanto al huésped como al servicio de limpieza, por su tamaño compacto y fácil reposición.
Las salas de eventos y restaurantes de hoteles frecuentemente apuestan por soluciones como la Vinoteca Polar 48 botellas, diseñada para preservar vinos a temperatura ideal y asegurar la calidad en el servicio de restauración gourmet.
Para buffets y servicios de autoservicio, la Vitrina refrigerada Polar para autoservicio sobre mostrador 40L mantiene alimentos y bebidas frescos y listos para que los clientes se sirvan con total comodidad.
En catering a gran escala, los abatidores de temperatura de Polar ayudan a cumplir normativas de higiene alimentaria en el tratamiento de platos previamente cocinados.

Los equipos Polar respetan las normativas europeas de eficiencia y seguridad aplicables en España. La mayoría de sus productos documentados incorporan refrigerantes sin CFC y cumplen requisitos de consumo energético exigidos por el marco legal europeo de 2025.
Además del cumplimiento técnico, Polar ofrece garantía, disponibilidad de repuestos originales y soporte postventa, lo que facilita el mantenimiento y asegura la continuidad operativa para hoteles y restaurantes.
Más allá de la simple conservación, los productos de Polar se diseñan para optimizar el aprovechamiento del espacio y facilitar la organización del trabajo en cocinas y salas. Las vitrinas expositoras, mesas de preparación y botelleros ejemplifican cómo los equipos contribuyen a mejorar la experiencia tanto del profesional como del cliente final.
Invertir en Polar Refrigerator es elegir equipos adaptados a las exigencias de la restauración moderna, con tecnología, servicio y productos contrastados en el mercado.
Equipa tu negocio de hostelería con la máxima confianza: en Ibergastro puedes encontrar todos los modelos de la marca Polar, ideales para bares, restaurantes, cafeterías y hoteles. ¡Aprovecha nuestras ofertas especiales y renueva tu cocina!
El correcto almacenamiento de los alimentos es esencial para preservar su calidad, frescura y seguridad. Una manipulación inadecuada no solo puede reducir la vida útil de los productos, sino que también incrementa el riesgo de contaminación y pérdida de nutrientes.
Por esta razón, tanto en el ámbito doméstico como profesional, resulta imprescindible aplicar buenas prácticas de conservación. En este post de Ibergastro, encontrarás una guía completa con los principales tipos de almacenamiento y el uso de diferentes accesorios como bolsas y cajas térmicas, contenedores especializados y cubetas gastronorm.

El almacenamiento de los alimentos puede clasificarse en cinco categorías principales según la naturaleza del producto y sus necesidades de conservación:
Las bolsas térmicas son accesorios muy prácticos en el transporte de alimentos, especialmente cuando se requiere conservar la temperatura de los productos fuera de cámaras de frío o calor.
Están diseñadas con materiales aislantes que permiten mantener tanto el calor como el frío durante un tiempo limitado, lo que las convierte en una solución eficiente para preservar la calidad de los alimentos en desplazamientos cortos.
Su uso es común en actividades cotidianas como llevar el almuerzo al trabajo, transportar productos desde el supermercado o mantener refrigerios frescos durante viajes y excursiones.
Además de aislar térmicamente los alimentos, estas bolsas ayudan a prolongar su frescura y evitar la proliferación de bacterias provocada por cambios bruscos de temperatura. Son ideales para almacenar comidas preparadas, lácteos, productos congelados o bebidas que requieren mantenerse frías o calientes.
Las cajas térmicas representan una solución avanzada para el transporte profesional de alimentos, especialmente en sectores como la hostelería, el catering y el servicio de delivery.
Gracias a su mayor capacidad y durabilidad en comparación con las bolsas térmicas, permiten trasladar grandes volúmenes de productos manteniendo condiciones óptimas de temperatura.
Su estructura rígida y materiales de alta resistencia las hacen ideales para entornos operativos exigentes, donde la eficiencia logística y la conservación de los alimentos son prioritarias.
Además de mantener la temperatura interna estable, estas cajas están diseñadas para proteger los productos frente a golpes, vibraciones y cambios bruscos de temperatura durante el traslado.
Son perfectas para almacenar carnes, pescados, postres refrigerados, helados y platos cocinados, garantizando que lleguen a destino en condiciones seguras y listas para el consumo.

Los contenedores herméticos son una de las soluciones más utilizadas en cocinas modernas por su capacidad para conservar la frescura de los alimentos. Gracias a su cierre seguro, permiten almacenar directamente en refrigeradores, congeladores o estanterías secas sin riesgo de derrames ni olores indeseados.
Son ideales para organizar el espacio, facilitar el acceso a ingredientes y prolongar la vida útil de los productos, lo que contribuye a reducir el desperdicio alimentario. Además, muchos modelos están fabricados con materiales resistentes al calor y al frío, lo que los hace aptos para microondas y lavavajillas.
Su principal función es proteger los alimentos frente a la humedad, el aire y la contaminación cruzada, manteniendo intactas sus propiedades nutricionales y organolépticas.
En ellos se puede almacenar prácticamente cualquier tipo de alimento: desde líquidos como salsas, caldos y cremas, hasta sólidos como cereales, frutos secos, verduras troceadas, carnes marinadas o incluso masas preparadas.

Las cubetas gastronorm son imprescindibles en la hostelería profesional debido a su diseño estandarizado, que permite una integración eficiente en sistemas modulares como mesas frías, vitrinas, hornos y carros isotérmicos.
Su uso se extiende a la organización de alimentos en buffets, cocinas industriales y servicios de catering, donde la rapidez y la higiene son fundamentales. Gracias a su compatibilidad con estructuras y equipos gastronorm, estas cubetas optimizan el espacio, agilizan el trabajo del personal y permiten una presentación ordenada de los productos, tanto en entornos de preparación como de exposición.
Además, ofrecen varias opciones según el material con el que están fabricadas. Las de acero inoxidable son ideales para cocción y conservación en caliente, mientras que las de policarbonato o polipropileno se utilizan para refrigeración, congelación o servicio en frío.
En ellas se pueden almacenar carnes, pescados, verduras, masas, preparaciones cocinadas y alimentos líquidos, manteniendo la seguridad alimentaria y la trazabilidad en todo momento.
Técnicas de almacenamiento de alimentos
El almacenamiento no solo depende del tipo de espacio, sino también de técnicas específicas que aseguran un mayor control:
El factor clave en la conservación es la temperatura. Los rangos recomendados son los siguientes:
Un control constante de la temperatura es indispensable para garantizar la inocuidad alimentaria, especialmente en negocios de hostelería y restauración.
Almacenar los alimentos correctamente no solo ayuda a conservar su sabor y frescura, sino que también garantiza la seguridad alimentaria y optimiza los recursos en cocinas profesionales y hogares.
En Ibergastro te ofrecemos soluciones de alta calidad para la organización, higiene y eficiencia en tu cocina industrial o de catering. Descubre en nuestra categoría menaje una amplia gama de cubetas, contenedores, cajas térmicas y más productos diseñados para facilitar tu trabajo diario. ¡Contáctanos!
Elegir la mesa de trabajo adecuada es una de las decisiones más importantes en cualquier cocina profesional. No es solo un espacio donde se preparan los alimentos, sino la base del flujo de trabajo, la higiene y la eficiencia diaria en un negocio de hostelería. En este post de Ibergastro, te contaremos cómo elegir la mejor mesa de trabajo de acero inoxidable para tu negocio de hostelería.

Una mesa de trabajo adaptada a las necesidades de la cocina mejora la productividad, facilita el orden y garantiza una mayor seguridad alimentaria. Además, influye en el aprovechamiento del espacio, especialmente en cocinas reducidas donde cada centímetro cuenta. Por ello, la elección debe basarse en factores prácticos como el material, la durabilidad, la facilidad de limpieza y la funcionalidad.
En hostelería predominan tres materiales: madera, polietileno (para corte específico) y acero inoxidable, siendo este último el más utilizado y recomendado por su resistencia, higiene y facilidad de limpieza.
Ideales para cocinas con espacios más reducidos.
Con peto o sin peto: el peto trasero evita filtraciones de líquidos y restos de comida.
Con estante inferior o sin él: optimiza el espacio de almacenamiento.
Con compartimentos: mayor organización.
Pensadas para cocinas profesionales que requieren una superficie de trabajo más amplia.
Opciones con fregadero integrado, lo que facilita la limpieza inmediata.
Con o sin peto.
Con estante inferior para almacenamiento adicional.
Estas mesas ofrecen cumplen con los estándares de higiene, convirtiéndose en una de las mejores inversiones para negocios de hostelería.
Limpiar al final de cada jornada con productos adecuados para acero inoxidable.
Evitar el uso de estropajos metálicos que rayan la superficie.
Revisar periódicamente las uniones y patas, asegurando estabilidad.
No cortar directamente sobre la mesa: usar tablas para prolongar su vida útil.

Ventajas: amplia superficie de trabajo, estantes superiores e inferiores, fabricada en acero inoxidable de alta calidad, patas regulables.
Ejemplo de uso: mesa perfecta para restaurantes de alto volumen de servicio que requieren tener ingredientes y utensilios siempre a mano para agilizar el trabajo en picos de actividad.
Ventajas: tamaño compacto, fabricada en AISI 201, con estante inferior para optimizar espacio, excelente durabilidad y precio competitivo.
Ejemplo de uso: ideal para pequeños bares, cafeterías o food trucks, donde se necesita aprovechar al máximo cada centímetro de la cocina.

Ventajas: incluye fregadero y peto trasero, mayor higiene, patas ajustables, superficie reforzada.
Ejemplo de uso: mesa para comedores colectivos, hospitales o colegios, donde es esencial contar con un área de trabajo que combine preparación y limpieza en un único mueble.
Ventajas: gran profundidad, resistente acero AISI 201, estante inferior incluido, buena relación calidad-precio.
Ejemplo de uso: muy útil para cocinas de hoteles o caterings, que requieren una superficie de trabajo amplia para manipular mayores volúmenes de alimentos.
Como ves, la mejor mesa de trabajo dependerá de las necesidades específicas de cada negocio. En cualquier caso, apostar por el acero inoxidable es fundamental para garantizar higiene, durabilidad y eficacia en el día a día de la hostelería.
¿Quieres más consejos para optimizar la gestión de tu negocio de hostelería?, te invitamos a visitar nuestro blog, donde encontrarás los mejores tips y recursos para sacar el máximo partido a tu cocina profesional.
En el sector de la hostelería, cada minuto cuenta. Una cocina eficiente no solo depende de la habilidad del equipo, también de las herramientas adecuadas para preparar alimentos de forma rápida, segura y constante.
Entre los equipos que más impacto generan en la productividad se encuentra la cortadora de verduras. Gracias a este aparato, es posible ahorrar tiempo en la preparación, mantener la uniformidad en los cortes y garantizar un servicio ágil en horas de alta demanda.
En este post de Ibergastro, te explicamos cómo elegir la cortadora adecuada para tu negocio, las pautas esenciales de mantenimiento y limpieza, y algunos trucos de uso que harán que tu inversión rinda al máximo.

El mercado ofrece diferentes modelos de cortadoras de verduras, cada uno con prestaciones pensadas para distintos niveles de trabajo. La elección dependerá de factores como el volumen de producción, el tipo de menú que ofreces y el espacio disponible en la cocina.
Por ejemplo, si tu restaurante maneja un alto volumen de clientes, la cortadora de verduras profesional Vaiotec 550W con 5 cuchillas (ref. 10281) es una solución ideal. Este equipo puede procesar hasta 300 kg de verdura por hora, ofreciendo cortes, rebanados y rallados en un tiempo récord. Su potencia y versatilidad la convierten en un aliado imprescindible para cocinas de gran rotación.
En cambio, para quienes buscan un equipo multifunción de alto rendimiento, la cortadora de verduras Buffalo G784 combina potencia con rapidez. Con capacidad similar de 300 kg/h, destaca por adaptarse a distintas preparaciones, lo que resulta práctico en locales con menús variados.
Por otro lado, si prefieres una opción manual que no dependa de energía eléctrica, el corta-verdura Dynamic Dynacoupe DM470 es perfecto. Su sistema de manivela con discos intercambiables permite cortar y picar verduras, frutas, patatas o incluso queso. Es una alternativa económica y resistente, ideal para negocios con menor volumen de trabajo o como complemento a una máquina eléctrica.

Invertir en una cortadora profesional implica también cuidarla para prolongar su vida útil. El mantenimiento preventivo es fundamental para evitar averías y garantizar que el equipo siempre esté listo para el servicio.
La limpieza diaria debe realizarse desmontando las piezas que entran en contacto con los alimentos. Es importante lavarlas con agua tibia y detergente neutro, evitando productos abrasivos que puedan dañar los materiales.
También se recomienda secar bien cada componente antes de volver a montarlo, ya que la humedad puede generar corrosión o afectar el rendimiento de las cuchillas.
El afilado regular de los discos y cuchillas es otro aspecto clave. Una cuchilla desafilada no solo ralentiza el trabajo, sino que aumenta el riesgo de accidentes. Dependiendo de la intensidad de uso, puede ser necesario afilarlas cada pocas semanas o sustituirlas si presentan desgaste excesivo.

El uso correcto de una cortadora no solo mejora la productividad, también garantiza la seguridad del personal de cocina. Estas son algunas prácticas recomendadas:
La eficiencia también está relacionada con la organización del trabajo. Planifica las preparaciones agrupando los cortes por tipo de verdura o receta, de manera que el tiempo de montaje y desmontaje de cuchillas sea menor. Así, no solo reduces esfuerzos, sino que agilizas el ritmo de producción.
En conclusión, la cortadora de verduras es una inversión estratégica para cualquier negocio de hostelería que quiera mejorar sus procesos de cocina. Elegir el modelo adecuado según el volumen de trabajo, mantener un plan de limpieza y mantenimiento constante, y aplicar las medidas de seguridad básicas, son pasos esenciales para aprovechar al máximo sus prestaciones.
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Estrenar una cortadora de fiambre es un paso importante para quienes buscan mejorar la eficiencia en la cocina profesional o en el negocio de hostelería. Sin embargo, antes de ponerla en marcha conviene realizar una serie de preparativos que aseguren seguridad, higiene y precisión desde el primer corte.
En este post de Ibergastro, hablaremos sobre las acciones clave que debes llevar a cabo antes de empezar a utilizar tu cortadora, desde la lectura del manual hasta las pruebas de funcionamiento.

El primer paso es siempre leer con detenimiento el manual de instrucciones. Cada cortadora de fiambre cuenta con características específicas que deben respetarse para garantizar un uso correcto.
Modelos como la Buffalo 220mm CD277 incluyen detalles sobre montaje y seguridad que resultan imprescindibles para evitar errores y accidentes.
Este documento también aporta indicaciones sobre limpieza, lubricación y mantenimiento, elementos que influyen directamente en la durabilidad de la máquina y en la seguridad del usuario.
Antes del primer uso, es fundamental realizar una limpieza exhaustiva. Durante la fabricación y el transporte, la cortadora de fiambre puede acumular polvo, grasas o residuos de protección que no deben entrar en contacto con los alimentos.
La recomendación es lavar las piezas desmontables con agua tibia, detergente neutro y aplicar un desinfectante apto para uso alimentario. Este proceso no solo garantiza seguridad desde el inicio, sino que ayuda a establecer una rutina de higiene diaria imprescindible en la hostelería.
La cuchilla es el componente central de la cortadora de fiambre y requiere especial atención. Antes de cortar alimentos, se debe comprobar que esté correctamente instalada y alineada.
Ajustar el grosor según la preparación buscada es una práctica habitual en equipos como la Buffalo 250mm CD278, lo que asegura cortes uniformes y sin esfuerzo adicional del motor.
Un buen ajuste inicial mejora la calidad del resultado y al mismo tiempo evita desgastes prematuros en la máquina.
Un montaje seguro es esencial para que la cortadora de fiambre funcione de manera óptima. Bandejas, protectores, soportes y topes deben estar bien colocados, sin piezas sueltas que puedan afectar al rendimiento o provocar accidentes.
Hacer una breve revisión visual y comprobar que cada elemento encaja correctamente es una práctica sencilla que previene problemas futuros.
Antes de trabajar con embutidos o carnes, conviene poner en marcha la cortadora de fiambre en vacío. Esto permite comprobar que el motor arranca con suavidad, que la cuchilla gira sin vibraciones extrañas y que todos los controles responden como es debido.
Las pruebas iniciales también sirven para ajustar velocidad y grosor de corte, asegurando que la máquina esté lista para un uso real.

Para que tu cortadora de fiambre mantenga un rendimiento óptimo durante más tiempo, es recomendable seguir estas prácticas:
Como ves, realizar una correcta preparación de la cortadora de fiambre garantiza no solo seguridad alimentaria, sino también un mejor rendimiento del equipo a largo plazo. Siguiendo estas recomendaciones, el estreno de tu máquina será exitoso y podrás disfrutar de cortes limpios y precisos desde el primer día.
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Las máquinas de hacer helado se han convertido en un aliado indispensable en negocios de hostelería como bares, heladerías y restaurantes.
Equipos como las Buffalo DM067 de 1,5L y la Buffalo CM289 de 2L no solo permiten preparar deliciosos helados y yogures helados con facilidad, sino que lo hacen con rapidez, higiene y eficiencia.
Sin embargo, para aprovechar al máximo su rendimiento, es crucial seguir unas pautas claras tanto de uso como de mantenimiento.
En Ibergastro, te ofrecemos una guía práctica con todo lo que debes saber sobre su funcionamiento, limpieza, consumo eléctrico y plan de mantenimiento.

El funcionamiento de las máquinas de helado es simple y accesible, incluso para operarios sin experiencia previa. No requieren precongelar los recipientes, lo que ahorra tiempo en entornos profesionales. Solo debes añadir los ingredientes en el cuenco antiadherente desmontable, cerrar la tapa transparente y configurar el temporizador desde el panel LED.
El compresor incorporado se encarga del enfriamiento y mezclado automático, entregando un helado cremoso en menos de una hora. Gracias a su potencia (150W en la DM067 y 180W en la CM289), se pueden preparar entre 1,5 y 4 litros por hora, según el modelo.
Su diseño ergonómico y los materiales resistentes permiten un uso continuo sin comprometer la calidad.
En hostelería, la frecuencia de limpieza debe ser diaria. Al finalizar la jornada, se recomienda:
Si se usa para preparaciones con alérgenos o cambia de sabor (por ejemplo, de vainilla a chocolate), también se aconseja una limpieza rápida entre usos para evitar la contaminación cruzada.
La limpieza de las máquinas de helado no es opcional. Si se omite, los residuos lácteos y azucarados pueden fermentar, generar bacterias como la Listeria y afectar tanto al sabor como a la salud de los consumidores.
Además, el acumulado de suciedad puede dañar piezas internas, afectar al sistema de refrigeración y reducir drásticamente la vida útil del aparato.
Además, desde un punto de vista normativo, la falta de higiene puede suponer sanciones en inspecciones sanitarias, sobre todo en negocios de restauración.
El proceso completo de limpieza, desmontaje y secado de una máquina de hacer helado suele llevar entre 15 y 25 minutos, dependiendo de la práctica del operario. Al ser desmontables y con piezas fáciles de manipular, el proceso es sencillo y puede incorporarse como parte de las rutinas de cierre del negocio sin afectar la productividad.

Además de la limpieza diaria, es importante implementar un plan de mantenimiento técnico periódico que incluya:
En modelos como las Buffalo DM067 y CM289, muchas piezas están fabricadas en metal reforzado, lo que alarga su durabilidad, pero no exime de estas revisiones para garantizar un rendimiento óptimo.
El mantenimiento no solo prolonga la vida útil de la máquina, sino que garantiza la seguridad alimentaria, reduce averías inesperadas y mejora la textura final del helado.
Un equipo bien cuidado asegura una producción constante, evita interrupciones de servicio y contribuye a una mejor percepción por parte de los clientes.
Además, cuidar este tipo de maquinaria protege la inversión inicial y minimiza los costes de reparación o sustitución a medio plazo.

El consumo eléctrico de estos equipos es moderado para su rendimiento. El modelo de 1,5L Buffalo DM067 tiene una potencia de 150W, mientras que la CM289 de 2L alcanza los 180W. Esto equivale a un gasto aproximado de:
Estas cifras las convierten en una opción rentable incluso en negocios de alto volumen, gracias a su eficiencia energética y al uso del refrigerante R600a, más ecológico y de bajo consumo.
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La prevención de riesgos laborales es un aspecto fundamental en cualquier entorno de trabajo, pero cobra especial relevancia en el sector de la hostelería, donde las condiciones pueden ser especialmente exigentes.
Desde el manejo de maquinaria y productos calientes hasta los ritmos acelerados y las largas jornadas de pie, los trabajadores de este sector están expuestos a numerosos peligros que requieren una gestión adecuada para garantizar su seguridad y bienestar.
Entender qué son los riesgos laborales, cómo se clasifican, qué dice la normativa vigente y cuáles son las medidas preventivas aplicables específicamente al ámbito hostelero, resulta clave para reducir accidentes y crear entornos más saludables y productivos, y en este post de Ibergastro te lo explicamos.

Los riesgos laborales son aquellas situaciones o condiciones presentes en un puesto de trabajo que pueden provocar accidentes o enfermedades profesionales. En otras palabras, son factores que ponen en peligro la integridad física, mental o emocional de los trabajadores.
La prevención es fundamental porque no solo busca reducir la siniestralidad, sino también mejorar la calidad del entorno laboral. Además de proteger la salud del empleado, una correcta gestión de riesgos impacta positivamente en la productividad, disminuye costes por bajas laborales y mejora la imagen de la empresa.
En sectores como la hostelería, donde el ritmo es intenso y el contacto con el cliente constante, un accidente o una baja pueden afectar gravemente al servicio ofrecido.
Los riesgos laborales se agrupan en diferentes categorías según el tipo de agente que los provoca, lo que permite aplicar medidas de prevención más precisas.
Comprender esta clasificación ayuda a identificar los peligros reales en cada área de trabajo y establecer acciones preventivas específicas.
En España, la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales establece el marco legal para garantizar la seguridad y salud en el trabajo. Esta ley obliga a los empresarios a:
Además, el Real Decreto 486/1997 especifica las condiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo, y otras normativas sectoriales completan estas obligaciones para ámbitos concretos como la hostelería.

La prevención de riesgos en el sector hostelero debe adaptarse a las particularidades de un entorno donde el ritmo de trabajo es elevado y las tareas son muy variadas.
Una de las primeras medidas fundamentales es la formación continua del personal. Todos los trabajadores deben estar debidamente instruidos sobre los procedimientos seguros en la manipulación de maquinaria, productos químicos o alimentos calientes, además de conocer cómo actuar en caso de emergencia.
La evaluación de riesgos también es crucial y debe realizarse de forma específica para cada zona de trabajo: la cocina, la barra, la sala o el almacén presentan desafíos distintos que deben ser analizados por separado.
Otra medida básica es el correcto almacenamiento de los productos, tanto alimentarios como de limpieza, evitando su mezcla y asegurando que estén etiquetados, en lugares ventilados y a alturas accesibles para no provocar lesiones.
En cuanto a la infraestructura, se debe contar con una señalización clara y visible en zonas de riesgo, como suelos mojados, áreas con alta temperatura o con riesgo eléctrico. También es fundamental disponer de una ventilación adecuada, especialmente en cocinas, donde los humos y vapores pueden acumularse y generar condiciones peligrosas para la salud.
Los equipos de protección individual (EPIs) no pueden faltar: guantes resistentes, delantales, calzado antideslizante y otros elementos deben estar disponibles y ser utilizados de forma obligatoria.
Además, la organización de los turnos y descansos debe diseñarse de forma que no se sobrecargue físicamente ni mentalmente al equipo, algo especialmente importante en temporadas altas.
La hostelería es considerada un sector de riesgo medio, aunque algunas áreas específicas, como las cocinas industriales, pueden presentar niveles más altos.
El alto ritmo de trabajo, el contacto con superficies calientes, cuchillos y productos químicos, así como el trabajo nocturno o en fines de semana, son factores que aumentan la exposición a accidentes y patologías musculoesqueléticas o psicosociales.
Por ello, muchas aseguradoras y mutuas incluyen programas específicos de prevención para este sector, con inspecciones periódicas y asesoramiento técnico.
La cocina es uno de los espacios más peligrosos dentro de un establecimiento hostelero. Entre los principales riesgos se encuentran:
La correcta organización del espacio, la limpieza constante y la aplicación de protocolos de seguridad son esenciales para reducir estos riesgos.
Para minimizar accidentes en la cocina, se deben proporcionar y exigir los siguientes elementos de protección:
Además de los EPIs, es esencial inculcar hábitos de trabajo seguros y reforzar la comunicación entre los miembros del equipo para detectar peligros y prevenir incidentes.
¿Gestionas un negocio de hostelería? En Ibergastro encuentras todo lo necesario para equiparlo con seguridad: desde utensilios de cocina profesionales hasta equipos de protección individual y señalización preventiva. Asegura el bienestar de tu equipo y cumple con la normativa con productos de grandes marcas.
El verano ha llegado y con él la oportunidad perfecta para renovar la carta de tu establecimiento con propuestas frescas, ligeras y llenas de sabor. Los comensales buscan platos que les refresquen sin renunciar al placer gastronómico, y como profesional de la hostelería, sabes que adaptar tu menú a la temporada es clave para el éxito de tu negocio.
En Ibergastro, te presentamos cinco recetas especialmente diseñadas para conquistar el paladar de tus clientes durante estos meses de calor. Cada una de ellas combina ingredientes frescos y técnicas culinarias que garantizan platos atractivos, rentables y perfectos para la temporada estival.

Los ñoquis no tienen por qué ser un plato pesado. Esta versión veraniega combina la textura cremosa de los ñoquis artesanales con un pesto fresco de albahaca y tomates cherry confitados.
Ingredientes principales: Ñoquis frescos, albahaca fresca, piñones, parmesano, tomates cherry, aceite de oliva virgen extra, ajo.
Preparación: Confita los tomates cherry a baja temperatura con aceite de oliva y hierbas aromáticas. Prepara un pesto tradicional con albahaca, piñones, parmesano y aceite. Cocina los ñoquis hasta que floten y mezcla con el pesto. Sirve decorado con los tomates confitados y albahaca fresca.
Este plato ofrece un margen excelente y permite jugar con la presentación, creando un impacto visual que justifica un precio premium.

El brócoli, cuando se prepara correctamente, se convierte en el protagonista perfecto de una ensalada refrescante que sorprenderá a tus clientes más exigentes.
Ingredientes principales: Brócoli fresco, limón, aceite de oliva, mostaza de Dijon, hierbas frescas (perejil, menta, cebollino), almendras laminadas, queso de cabra.
Preparación: Blanquea el brócoli manteniéndolo al dente. Prepara una vinagreta emulsionada con limón, mostaza y aceite. Mezcla el brócoli tibio con la vinagreta, añade las hierbas picadas y las almendras tostadas. Termina con dados de queso de cabra fresco.
Esta ensalada funciona tanto como entrante como guarnición, maximizando su versatilidad en la carta.

Una propuesta innovadora que combina el sabor tradicional de la salchicha fresca con la frescura de un gazpacho dulce y refrescante.
Ingredientes principales: Salchicha fresca de calidad, sandía, tomate, pepino, cebolla morada, aceite de oliva, vinagre de jerez, albahaca.
Preparación: Marca las salchichas a la plancha hasta dorarlas por fuera manteniéndolas jugosas por dentro. Prepara un gazpacho ligero con sandía, tomate y pepino, ajustando la acidez con vinagre de jerez. Sirve la salchicha sobre el gazpacho frío, decorado con dados de sandía y albahaca.
Este plato ofrece una experiencia gastronómica única que diferenciará tu establecimiento de la competencia.

Los huevos cocidos encuentran su mejor versión veraniega en esta ensalada ligera que reinventa la clásica ensalada de patata.
Ingredientes principales: Huevos ecológicos, patatas nuevas, yogur griego, ajo, aceite de oliva, limón, cebolleta, eneldo fresco.
Preparación: Cuece las patatas nuevas con piel hasta que estén tiernas. Prepara huevos cocidos con yema cremosa. Elabora un alioli ligero mezclando yogur griego con ajo, aceite y limón. Combina patatas tibias, huevos cortados por la mitad, cebolleta y eneldo. Sirve con el alioli de yogur.
Un plato que aporta proteína de calidad y satisface sin resultar pesado, ideal para el público que busca opciones saludables.

Los langostinos cocidos se convierten en el lujo accesible de tu carta veraniega cuando se presentan sobre una base fresca y colorida.
Ingredientes principales: Langostinos cocidos, calabacín, naranja, pomelo, aceite de oliva virgen extra, sal en escamas, pimienta rosa.
Preparación: Lamina el calabacín finamente con mandolina. Pela los cítricos a vivo y córtalos en gajos. Dispone las láminas de calabacín en el plato, coloca los langostinos pelados y los gajos de cítricos. Aliña con aceite de oliva, sal en escamas y pimienta rosa molida.
Este plato premium permite trabajar con márgenes atractivos mientras ofreces una experiencia gastronómica sofisticada.
Adaptar tu carta a la temporada no es solo una cuestión gastronómica, es una estrategia empresarial fundamental. Durante el verano, los comensales buscan platos más ligeros, frescos y coloridos que les aporten energía sin resultar pesados.
Los productos de temporada no solo ofrecen mejor sabor y calidad, sino que también permiten optimizar costes y márgenes. Trabajar con ingredientes frescos y locales reduce los gastos de aprovisionamiento y mejora la rotación de stock.
Además, una carta estacional demuestra la profesionalidad de tu cocina y tu compromiso con la calidad. Los clientes valoran positivamente los establecimientos que adaptan su oferta a cada época del año, lo que se traduce en mayor fidelización y recomendaciones.
Estas cinco recetas te permitirán ofrecer una propuesta gastronómica atractiva, rentable y perfectamente adaptada a los gustos y necesidades del verano. Cada plato ha sido pensado para maximizar el sabor, la presentación y la rentabilidad, garantizando el éxito de tu negocio durante la temporada estival.
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En el día a día de una cocina profesional, los paños son herramientas fundamentales. Su uso correcto no solo influye en la limpieza, sino también en la seguridad alimentaria y la eficiencia del equipo. Sin embargo, es común ver cómo se utilizan de manera inadecuada o sin seguir las pautas básicas de higiene. Este artículo pretende ser una guía práctica para restaurantes, bares, hoteles y cualquier establecimiento de hostelería que busque profesionalizar el uso de estos textiles.
En este post de Ibergastro, abordamos todo lo que necesitas saber sobre los paños: desde qué hacer antes de usarlos por primera vez hasta los distintos tipos disponibles y su función específica en una cocina profesional.

Aunque los paños de cocina puedan parecer listos para su uso directamente al sacarlos del paquete, lo recomendable es lavarlos antes del primer uso. Esto permite eliminar restos de fabricación, aprestos y cualquier partícula que puedan haber acumulado durante el proceso de manipulación y transporte. Además, este primer lavado mejora su capacidad de absorción, especialmente en los paños de algodón o microfibra, que suelen estar tratados para conservar su forma en el embalaje.

El lavado adecuado de los paños es clave en hostelería. Estos textiles están expuestos a grasa, alimentos, productos de limpieza y bacterias, por lo que necesitan un tratamiento riguroso. Aquí algunas recomendaciones básicas:
Los paños tienen distintos usos en cocina y sala, y cada uno requiere un tratamiento diferenciado. No es lo mismo un paño usado para sacar bandejas del horno que otro para secar copas o para ayudar al camarero a transportar una botella fría. Los principales usos son:
Materiales
El material del paño influye en su durabilidad, absorción y tipo de uso recomendado. Los más comunes en hostelería son:

Son gruesos, resistentes al calor y están pensados para manipular bandejas, moldes o sartenes calientes. No deben usarse para limpiar o secar utensilios, ya que acumulan grasa fácilmente.
Suelen ser de lino o microfibra de alta calidad. Su función es secar copas y vasos sin dejar pelusas ni marcas. Deben estar siempre limpios y nunca usarse para otros fines.
Más delgados y elegantes, están pensados para acompañar el servicio de sala. Se colocan sobre el antebrazo o se utilizan para sujetar botellas. Aunque no absorben mucho líquido, deben estar impecables.
Son los todoterreno de la cocina, se usan para secar utensilios, limpiar pequeñas superficies o manipular menaje no muy caliente. Se recomienda tener varios disponibles y cambiarlos a lo largo de la jornada.
Un uso correcto de los paños en hostelería no solo mejora la higiene del establecimiento, sino que también optimiza los procesos y reduce riesgos. Identificar el tipo de paño adecuado, lavarlos con rigor y establecer protocolos de uso diferenciado son pasos sencillos que marcan una gran diferencia en la calidad del servicio.
En nuestra tienda online encontrarás paños para cocina industrial en distintos tamaños y materiales, adaptados a las exigencias del sector. Elige entre paños Wonderdry, paños de cocina profesional Chef, paños para cristalería o paños de camarero. Visita nuestra web y descubre la gama completa diseñada para la hostelería profesional.
En una cocina profesional, cada segundo cuenta. Los equipos deben estar preparados para ofrecer un rendimiento constante, adaptarse al ritmo intenso de trabajo y, sobre todo, garantizar resultados de calidad.
Entre los equipos de calor más demandados en el sector hostelero destacan los asadores a gas, que combinan potencia, eficiencia y facilidad de uso.
Diseñados para soportar jornadas prolongadas y flujos de trabajo continuos, los asadores a gas se han convertido en aliados imprescindibles para bares, restaurantes, catering y cocinas industriales.
En este post de Ibergastro, exploramos en detalle sus principales características, ventajas y el motivo por el cual muchos chefs los prefieren frente a otras alternativas.

Los asadores a gas están diseñados exclusivamente para su uso en exteriores, por lo que su instalación debe realizarse siempre en zonas ventiladas, terrazas, patios o áreas de cocina al aire libre. Esta característica responde tanto a razones de seguridad como a la normativa vigente en muchos entornos profesionales.
El montaje es muy sencillo y no requiere obras ni instalaciones complejas. Basta con contar con una conexión adecuada a bombonas de butano o propano y una superficie estable donde apoyar el equipo. Muchos modelos están preparados para funcionar como asadores de sobremesa, lo que facilita su transporte, colocación y almacenamiento tras el servicio.
Además, estos equipos suelen incluir sistemas de encendido rápido y mandos de control individualizados, lo que permite encender cada quemador de forma independiente según las necesidades del momento. La operación es segura siempre que se respeten las indicaciones del fabricante y se trabaje en un entorno exterior bien ventilado.
Para negocios de hostelería que ofrecen servicio en terraza, catering de eventos o cocina en food trucks, los asadores a gas son una solución práctica, potente y segura.

Las múltiples opciones culinarias son otros de los grandes atractivos de los asadores a gas. Están especialmente pensados para preparaciones que requieren calor directo, potente y constante.
Carnes a la brasa, pescados marcados, verduras asadas o incluso tortillas doradas en sartén son solo algunos ejemplos del amplio abanico de posibilidades.
En el día a día de un restaurante, estos equipos permiten marcar entrecots, preparar pinchos morunos o sellar hamburguesas en cuestión de minutos. En cocinas más especializadas, también se utilizan para dorar pimientos, saltear setas o incluso cocinar a fuego lento en sartén esmaltada si el modelo lo permite. Algunos equipos incluyen superficies o sartenes intercambiables, lo que multiplica las opciones sin necesidad de incorporar otros dispositivos.
Gracias a sus quemadores independientes, se pueden preparar distintos platos al mismo tiempo, regulando la temperatura en cada zona según el tipo de alimento. Esto supone una ventaja clave en servicios con alta rotación de comandas.
La limpieza de los asadores a gas es sencilla y rápida, un aspecto esencial en hostelería. La mayoría están fabricados en acero inoxidable o esmaltado, materiales que repelen la suciedad y soportan temperaturas extremas sin deteriorarse.
Los componentes desmontables, como bandejas recogegrasas o sartenes, permiten una limpieza profunda sin necesidad de desmontar el aparato por completo. Basta con retirar las piezas, vaciar los residuos y limpiarlas con agua caliente y un detergente adecuado. También es común encontrar superficies lisas sin tornillos a la vista, lo que reduce las zonas donde pueden acumularse grasa o restos de alimentos.
El mantenimiento periódico incluye la revisión de quemadores y válvulas de gas, pero no requiere conocimientos técnicos avanzados. Con un uso adecuado, estos equipos pueden ofrecer un rendimiento excelente durante años.
A diferencia de los asadores eléctricos, los de gas permiten controlar con mayor precisión la potencia del fuego, algo esencial en cocciones a la parrilla. El calor se genera al instante y se puede modular fácilmente desde los mandos, lo que ofrece un control directo sobre el proceso de cocción.
Además, los asadores a gas mantienen mejor la temperatura en sesiones de trabajo largas, sin pérdidas de potencia ni tiempos de espera para que el equipo recupere el calor. Esto es especialmente útil en servicios intensivos, como en horas punta o eventos con gran volumen de comensales.
En comparación con otras fuentes como la inducción o los hornos eléctricos, el gas sigue siendo una opción más económica a medio plazo, especialmente en negocios donde el consumo energético es elevado.

Los asadores a gas ofrecen múltiples beneficios específicos para el sector hostelero:
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