No es que te estemos diciendo nada nuevo, pero quizás sí te sorprenda saber que, pese a ser precisamente una máquina básica para trabajar, también es asombroso la cantidad de veces que falla por no cuidarla y realizarle un mantenimiento adecuado.
Realmente, la máquina de hielos supuso toda una revolución, no solo a nivel de ahorro de costes, sino también de una mejor eficiencia para conservar mejor la bebida, la comida y otros enseres. Piensa que antaño no existían este tipo de inventos y tenían que arreglárselas usando paja y subterráneos para conservar agua helada.
Sin embargo, gracias a Jacob Perkins, la máquina de hielo está hoy entre nosotros como una herramienta básica más desde el siglo XVIII.
Y, por supuesto, otro dato curioso que seguro que te interesa: a la Iglesia no le gustó nada este invento.
Sí, tal cual te lo contamos: resulta que el papa Gregorio XVI consideró que este invento era una forma de desafiar a Dios, por lo que no estaba nada de acuerdo con realizar actos o fabricar artefactos que pusieran de manifiesto "la obra de Dios en la Tierra".
Pero no hemos venido aquí a hablar solo de historia, sino también a contaros más cosas sobre las máquinas de hielos, cómo funcionan y consejos para realizarles un mantenimiento de diez y que duren muchos, muchos años.
En realidad, la forma que tiene una máquina de hielos para hacer su labor es bastante sencilla. Básicamente se puede resumir en tres pasos:
Obviamente, para hacer hielos necesitamos agua y para ello toda máquina de hielos cuenta precisamente con una zona de entrada de agua.
Esta, a medida que va entrando en la máquina, se va situando en bandejas, que son las que luego dan forma a los cubitos. Hay muchos tipos de hielos, por lo que cada máquina cuenta con una bandeja que le da forma posteriormente a los cubitos.
Una vez ya se han llenado las bandejas, el agua de su interior se irá congelando a medida que pase el tiempo, tomando ya la forma deseada que hayamos escogido según nuestra máquina.
Una vez el agua ya está congelada dentro de las bandejas, estas comienzan a calentarse. El objetivo es conseguir que los cubitos se desprendan de la bandeja y caigan a la cubeta ya formados y listos para servirse con tus copas favoritas.
Las cubetas suelen tener una capacidad de almacenaje limitada, de tal manera que si se llega a cierto límite, la máquina de hielos para de producir para no sacar hielos infinitamente.
En realidad, realizar una puesta a punto de tu máquina de hielos y mantenerla en buen estado es bastante simple a nivel de usuario. Solo hay que tener en cuenta ciertos detalles para no llevarte ningún susto posteriormente:
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