En una cocina profesional, cada segundo cuenta. Los equipos deben estar preparados para ofrecer un rendimiento constante, adaptarse al ritmo intenso de trabajo y, sobre todo, garantizar resultados de calidad.
Entre los equipos de calor más demandados en el sector hostelero destacan los asadores a gas, que combinan potencia, eficiencia y facilidad de uso.
Diseñados para soportar jornadas prolongadas y flujos de trabajo continuos, los asadores a gas se han convertido en aliados imprescindibles para bares, restaurantes, catering y cocinas industriales.
En este post de Ibergastro, exploramos en detalle sus principales características, ventajas y el motivo por el cual muchos chefs los prefieren frente a otras alternativas.
Los asadores a gas están diseñados exclusivamente para su uso en exteriores, por lo que su instalación debe realizarse siempre en zonas ventiladas, terrazas, patios o áreas de cocina al aire libre. Esta característica responde tanto a razones de seguridad como a la normativa vigente en muchos entornos profesionales.
El montaje es muy sencillo y no requiere obras ni instalaciones complejas. Basta con contar con una conexión adecuada a bombonas de butano o propano y una superficie estable donde apoyar el equipo. Muchos modelos están preparados para funcionar como asadores de sobremesa, lo que facilita su transporte, colocación y almacenamiento tras el servicio.
Además, estos equipos suelen incluir sistemas de encendido rápido y mandos de control individualizados, lo que permite encender cada quemador de forma independiente según las necesidades del momento. La operación es segura siempre que se respeten las indicaciones del fabricante y se trabaje en un entorno exterior bien ventilado.
Para negocios de hostelería que ofrecen servicio en terraza, catering de eventos o cocina en food trucks, los asadores a gas son una solución práctica, potente y segura.
Las múltiples opciones culinarias son otros de los grandes atractivos de los asadores a gas. Están especialmente pensados para preparaciones que requieren calor directo, potente y constante.
Carnes a la brasa, pescados marcados, verduras asadas o incluso tortillas doradas en sartén son solo algunos ejemplos del amplio abanico de posibilidades.
En el día a día de un restaurante, estos equipos permiten marcar entrecots, preparar pinchos morunos o sellar hamburguesas en cuestión de minutos. En cocinas más especializadas, también se utilizan para dorar pimientos, saltear setas o incluso cocinar a fuego lento en sartén esmaltada si el modelo lo permite. Algunos equipos incluyen superficies o sartenes intercambiables, lo que multiplica las opciones sin necesidad de incorporar otros dispositivos.
Gracias a sus quemadores independientes, se pueden preparar distintos platos al mismo tiempo, regulando la temperatura en cada zona según el tipo de alimento. Esto supone una ventaja clave en servicios con alta rotación de comandas.
La limpieza de los asadores a gas es sencilla y rápida, un aspecto esencial en hostelería. La mayoría están fabricados en acero inoxidable o esmaltado, materiales que repelen la suciedad y soportan temperaturas extremas sin deteriorarse.
Los componentes desmontables, como bandejas recogegrasas o sartenes, permiten una limpieza profunda sin necesidad de desmontar el aparato por completo. Basta con retirar las piezas, vaciar los residuos y limpiarlas con agua caliente y un detergente adecuado. También es común encontrar superficies lisas sin tornillos a la vista, lo que reduce las zonas donde pueden acumularse grasa o restos de alimentos.
El mantenimiento periódico incluye la revisión de quemadores y válvulas de gas, pero no requiere conocimientos técnicos avanzados. Con un uso adecuado, estos equipos pueden ofrecer un rendimiento excelente durante años.
A diferencia de los asadores eléctricos, los de gas permiten controlar con mayor precisión la potencia del fuego, algo esencial en cocciones a la parrilla. El calor se genera al instante y se puede modular fácilmente desde los mandos, lo que ofrece un control directo sobre el proceso de cocción.
Además, los asadores a gas mantienen mejor la temperatura en sesiones de trabajo largas, sin pérdidas de potencia ni tiempos de espera para que el equipo recupere el calor. Esto es especialmente útil en servicios intensivos, como en horas punta o eventos con gran volumen de comensales.
En comparación con otras fuentes como la inducción o los hornos eléctricos, el gas sigue siendo una opción más económica a medio plazo, especialmente en negocios donde el consumo energético es elevado.
Los asadores a gas ofrecen múltiples beneficios específicos para el sector hostelero:
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