El uso adecuado de los envases para comida en hostelería es clave para garantizar la seguridad alimentaria, reducir el desperdicio y cumplir con las normativas sanitarias. Un manejo adecuado permite optimizar el almacenamiento, conservar la calidad de los productos y minimizar el impacto ambiental.
En este post de Ibergastro, te daremos una guía con buenas prácticas para su uso correcto.
Para que los alimentos se conserven en condiciones óptimas, es fundamental prestar atención al almacenamiento de los contenedores. Estos deben guardarse en lugares limpios, secos y alejados de contaminantes como productos químicos o residuos orgánicos. Además, es recomendable:
Los envases para comida pueden fabricarse con distintos materiales, cada uno con características específicas que determinan su tiempo de vida útil y la manera en que deben utilizarse:
Es una opción duradera y resistente, ideal para almacenar alimentos fríos y calientes. Sin embargo, es importante evitar el uso de plásticos no aptos para microondas o lavavajillas.
Solo aquellos que no contengan restos de grasa o alimentos pueden reciclarse.
Conserva la temperatura de los alimentos, pero no debe reutilizarse si presenta dobleces o deterioro, ya que podría liberar partículas en la comida.
Se debe desechar en los contenedores adecuados para su reciclaje y reutilización en la industria.
Los envases compostables son diseñados para un solo uso, se degradan rápidamente en condiciones adecuadas. Deben almacenarse en lugares secos para evitar su deterioro prematuro.
Son biodegradables y deben depositarse en los residuos orgánicos para facilitar su descomposición.
Son apropiados para alimentos secos y de consumo inmediato. No se recomienda reutilizarlos si han absorbido aceites o líquidos, ya que pierden su integridad estructural.
Si no están contaminados, pueden reciclarse junto con otros materiales de papel.
Algunos errores en el uso de contenedores pueden comprometer la seguridad y calidad de los alimentos. Es importante evitar prácticas como:
Como ves, el correcto uso de los envases para comida en hostelería no solo mejora la seguridad alimentaria, sino que también optimiza la gestión de recursos y minimiza el impacto ambiental.
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