El correcto almacenamiento de los alimentos es esencial para preservar su calidad, frescura y seguridad. Una manipulación inadecuada no solo puede reducir la vida útil de los productos, sino que también incrementa el riesgo de contaminación y pérdida de nutrientes.
Por esta razón, tanto en el ámbito doméstico como profesional, resulta imprescindible aplicar buenas prácticas de conservación. En este post de Ibergastro, encontrarás una guía completa con los principales tipos de almacenamiento y el uso de diferentes accesorios como bolsas y cajas térmicas, contenedores especializados y cubetas gastronorm.
El almacenamiento de los alimentos puede clasificarse en cinco categorías principales según la naturaleza del producto y sus necesidades de conservación:
Las bolsas térmicas son accesorios muy prácticos en el transporte de alimentos, especialmente cuando se requiere conservar la temperatura de los productos fuera de cámaras de frío o calor.
Están diseñadas con materiales aislantes que permiten mantener tanto el calor como el frío durante un tiempo limitado, lo que las convierte en una solución eficiente para preservar la calidad de los alimentos en desplazamientos cortos.
Su uso es común en actividades cotidianas como llevar el almuerzo al trabajo, transportar productos desde el supermercado o mantener refrigerios frescos durante viajes y excursiones.
Además de aislar térmicamente los alimentos, estas bolsas ayudan a prolongar su frescura y evitar la proliferación de bacterias provocada por cambios bruscos de temperatura. Son ideales para almacenar comidas preparadas, lácteos, productos congelados o bebidas que requieren mantenerse frías o calientes.
Las cajas térmicas representan una solución avanzada para el transporte profesional de alimentos, especialmente en sectores como la hostelería, el catering y el servicio de delivery.
Gracias a su mayor capacidad y durabilidad en comparación con las bolsas térmicas, permiten trasladar grandes volúmenes de productos manteniendo condiciones óptimas de temperatura.
Su estructura rígida y materiales de alta resistencia las hacen ideales para entornos operativos exigentes, donde la eficiencia logística y la conservación de los alimentos son prioritarias.
Además de mantener la temperatura interna estable, estas cajas están diseñadas para proteger los productos frente a golpes, vibraciones y cambios bruscos de temperatura durante el traslado.
Son perfectas para almacenar carnes, pescados, postres refrigerados, helados y platos cocinados, garantizando que lleguen a destino en condiciones seguras y listas para el consumo.
Los contenedores herméticos son una de las soluciones más utilizadas en cocinas modernas por su capacidad para conservar la frescura de los alimentos. Gracias a su cierre seguro, permiten almacenar directamente en refrigeradores, congeladores o estanterías secas sin riesgo de derrames ni olores indeseados.
Son ideales para organizar el espacio, facilitar el acceso a ingredientes y prolongar la vida útil de los productos, lo que contribuye a reducir el desperdicio alimentario. Además, muchos modelos están fabricados con materiales resistentes al calor y al frío, lo que los hace aptos para microondas y lavavajillas.
Su principal función es proteger los alimentos frente a la humedad, el aire y la contaminación cruzada, manteniendo intactas sus propiedades nutricionales y organolépticas.
En ellos se puede almacenar prácticamente cualquier tipo de alimento: desde líquidos como salsas, caldos y cremas, hasta sólidos como cereales, frutos secos, verduras troceadas, carnes marinadas o incluso masas preparadas.
Las cubetas gastronorm son imprescindibles en la hostelería profesional debido a su diseño estandarizado, que permite una integración eficiente en sistemas modulares como mesas frías, vitrinas, hornos y carros isotérmicos.
Su uso se extiende a la organización de alimentos en buffets, cocinas industriales y servicios de catering, donde la rapidez y la higiene son fundamentales. Gracias a su compatibilidad con estructuras y equipos gastronorm, estas cubetas optimizan el espacio, agilizan el trabajo del personal y permiten una presentación ordenada de los productos, tanto en entornos de preparación como de exposición.
Además, ofrecen varias opciones según el material con el que están fabricadas. Las de acero inoxidable son ideales para cocción y conservación en caliente, mientras que las de policarbonato o polipropileno se utilizan para refrigeración, congelación o servicio en frío.
En ellas se pueden almacenar carnes, pescados, verduras, masas, preparaciones cocinadas y alimentos líquidos, manteniendo la seguridad alimentaria y la trazabilidad en todo momento.
Técnicas de almacenamiento de alimentos
El almacenamiento no solo depende del tipo de espacio, sino también de técnicas específicas que aseguran un mayor control:
El factor clave en la conservación es la temperatura. Los rangos recomendados son los siguientes:
Un control constante de la temperatura es indispensable para garantizar la inocuidad alimentaria, especialmente en negocios de hostelería y restauración.
Almacenar los alimentos correctamente no solo ayuda a conservar su sabor y frescura, sino que también garantiza la seguridad alimentaria y optimiza los recursos en cocinas profesionales y hogares.
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